
La tragedia
Eran las 9.04 de aquel miércoles 5 de febrero de 2014, cuando la pared del depósito de Iron Mountain colapsó. La muerte de los bomberos cambió abruptamente la rutina cotidiana del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Vuelta de Rocha: desde entonces, la ausencia se apoderó del lugar.
A casi un año y medio de la tragedia que consumió la vida de dos compañeros que se desempeñaban allí desde muy pequeños, Miguel Gómez, segundo jefe de los Bomberos Voluntarios, recorrió junto a los equipos de la Agencia Télam y la TV Pública el lugar que se cobró la vida de Facundo Ambrosi, Sebastián Campos, otros siete bomberos de otras dependencias y dos rescatistas civiles.
"Venir acá me hace mal", dice Gómez en la esquina de Azara y Jovellanos, a unos metros de un pequeño altar que recuerda a los bomberos fallecidos, convertido hoy en un baldío rodeado de rejas y policías que custodian el lugar.
Miguel dice que permanecer en el cuartel de bomberos significa:
"recordarlos a ellos constantemente".
Ese día, cuenta Nora Fernández -la mamá de Facundo, que forma parte de la familia de bomberos que son los Ambrosi- "se recibió una llamada directa alrededor de las ocho de la mañana, Miguel Gómez fue con cuatro bomberos", entre ellos Sebastián Campos como chofer. Facundo Ambrosi, quien aún permanecía en el cuartel, "fue a la terraza y vio que había mucho humo, y cuando salió se encontró con un fuego terrible y muchos bomberos de otros lugares", entre ellos, el Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal Argentina de Barracas y Villa Domínico; y rescatistas de Defensa Civil. "A las 9,15, más o menos, yo estaba en el cuartel y me avisaron que había sucedido un accidente. Entonces llamé y me transformé, sabía que algo estaba sucediendo"-cuenta Nora- "constataron que había una pared caída que le dio de lleno a Sebastián y que Facu quedó atrapado en los escombros".
Facundo, hijo de bomberos, padre de cuatro niños -entre ellos un pequeño aprendiz de bomberos de la Brigada Infantil de Vuelta de Rocha- permaneció 12 días internado y finalmente se convirtió en el décimo fallecido por la tragedia de Barracas.

Entre los fallecidos también se cuenta al rescatista de Defensa Civil del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Pedro Barícola, "una persona feliz, un muy buen padre que le gustaba hacer su trabajo, que era el de ayudar al prójimo", tal como lo recuerda su hermana Sandra, quien dialogó con la prensa respecto de su decisión de presentarse como querellante en la causa que investiga la causa del incendio en el depósito. Según la familia Barícola, también el Gobierno de la Ciudad es responsable: "hay encubrimiento" para no "esclacecer este hecho" y para "tapar pruebas".
El día del velorio de los fallecidos, el ministro de Seguridad porteño Guillermo Montenegro se acercó al lugar: "cuando hablé con él me dijo textualmente que no había un protocolo armado para esto, y que ahora estaban tomando cartas en el asunto, aunque ya era muy tarde porque tenía a mi hermano ahí.... ha sido poco feliz lo que nos ha dicho", sostiene.
El 18 de mayo pasado, y tras insistentes pedidos de la oposición al PRO en la Legislatura porteña, el titular de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), Juan José Gómez Centurión, se presentó al recinto y buscó eludir las responsabilidades del Gobierno de la Ciudad en el hecho; e incluso deslizó la responsabilidad de los hechos sobre uno de los bomberos fallecidos, cuando, según Sandra Barícola, "en realidad este galpón nunca tendría que haber estado funcionando". Sin embargo, el jefe de de la zona 3 de la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal, Gustavo Benzi, explicó que allí existe una "oficina técnica que aprueba planos y proyectos de instalación en edificios existentes como el de Iron Mountain", y que en Barracas "se aprobó en 2006", aunque desde esa fecha no pudieron "seguir verificando" ya que no poseen "la postestad para hacerlo", como sí a la AGC.
La ministra de Seguridad de la Nación, María Cecilia Rodríguez, sostuvo tras las acusaciones de Gómez Centurión, que se trata de "una falta absoluta de respeto a los que ya no están, a sus familias y a todos los bomberos de la Policía Federal Argentina, que se forman y capacitan y tienen un nivel de conocimiento para pertenecer a los bomberos cada vez más importante".

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