
Este año se celebra la vigésimo quinta edición de la Feria del Libro Infantil y Juvenil. La continuidad de este evento no sólo es motivo de celebración, sino también una invitación a reflexionar acerca de una actividad editorial que crece saludablemente. Decir veinticinco años es decir que, por ejemplo, algunos adultos que hoy pisan los treinta se formaron como lectores gracias a la apasionada tarea de escritores, ilustradores, editores, bibliotecarios, maestros y libreros. Algunos de ellos nos acompañan con su testimonio en este recorrido por el universo de la literatura infantil y juvenil argentina.
La primera Feria del Libro Infantil y Juvenil se realizó en 1989, en el antiguo Centro Municipal de Exposiciones, aquel emblemático pero ya obsoleto predio ubicado en Recoleta, detrás de la Facultad de Derecho. Hogar histórico de las grandes exposiciones culturales de la capital argentina, como la Feria del Libro de Buenos Aires. Hoy, dos décadas y media después, la feria contará con dos sedes , que son muestra de su ampliación: el Polo Circo, en la Ciudad de Buenos Aires, y en Tecnópolis, en Villa Martelli.
Cariñosamente llamada la “Feria chica” o la “Feria del librito” por quienes trabajan allí, la Feria del Libro Infantil y Juvenil surgió como una extensión de la “Feria grande”, pensada como una alternativa cultural y recreativapara las vacaciones de invierno, todo un desafío para la época de inestabilidad económica que la vio nacer. Tal es así que su continuidad se vio interrumpida en un par de ocasiones.
Conocida también por su labor periodística, Canela

Canela
Periodista, editora, escritora.
Canela cuenta los comienzos de la Feria del Libro y cómo funciona.
Por sobre dificultades económicas y organizativas siempre se impuso la evidente consolidación de un nuevo mercado editorial dedicado a los niños, con proyectos editoriales audaces e innovadores que se sustentaron en dos premisas fundamentales: libros económicamente accesibles y de calidad literaria. En esta dinámica confluyeron dos generaciones de escritores: aquellos experimentados que sufrieron la censura de la dictadura, y los que surgieron al calor de la ebullición cultural de la joven democracia. Este fenómeno editorial coincidió con la aplicación de políticas estatales orientadas al fomento de la lectura. Bibliotecas más modernas, planes de lectura, capacitación de bibliotecarios y maestros.
En este marco, la organización de la Feria del Libro Infantil y Juvenil decantó como una obvia, y celebrada, consecuencia. A cargo de la Fundación El Libro , desde sus inicios convocó, y convoca, como expositores no sólo a emprendimientos relacionados al libro (librerías, editoriales, distribuidoras), sino también a organizaciones de difusión y fomento de la lectura y áreas gubernamentales de educación y cultura. En esta edición, juntando las dos sedes, hay un total de 128 expositores . La propuesta se enriquece con la presencia de otras expresiones de la cultura infantil, como música, juegos, maquillaje artístico, materiales didácticos, talleres, conciertos, y rincones de lectura. Clásicos de la feria son el taller de ciencias de Melquiades, los espectáculos de narraciones, los encuentros de los autores con el público y la exposición del Foro de Ilustradores.
Más aniversarios
Para este año está programada una exposición sobre los 150 años de la primera edición de Alicia en el País de las Maravillas, organizada por la Asociación La Nube, que a su vez cumple sus 40 años juntoa la literatura infantil desde diversas actividades: como librería, como biblioteca y como centro cultural.

Muestra sobre 150 años de Alicia en el país de las Maravillas.
Su creador Pablo Medina

Pablo Medina
Bibliotecario, coleccionista, docente.
150 años de Alicia en el país de las maravillas.
Otro aniversario que celebra esta feria 2015 son los 30 años de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina (ALIJA) , filial local de International Board on Books for Young People (IBBY) , la Asociación Internacional de Libros para Niños y Jóvenes. La labor de esta Asociación ha sido fundamental para la difusión de la literatura infantil y juvenil (LIJ de ahora en más) en nuestro país, y es la encargada de proponer a nuestros candidatos al premio Hans Christian Andersen . Aun así, ALIJA no cuenta con una sede propia.
Según datos de la Cámara del Libro , en la actualidad el 21% de los libros en mercado están dentro de la categoría LIJ, con una tirada promedio mayor a la de otros géneros. Dentro de este porcentaje se ha hecho visible en el último lustro un avance de la literatura orientada para el público adolescente. Hablamos de una cifra que ha crecido de manera sostenida año a año y que representa un movimiento impensadoen aquella época de la primera Feria del Libro Infantil. Si bien estos números engloban también a libros importados, en ferias, bibliotecas y librerías se puede apreciar la gran diversidad de propuestas editoriales surgidas en nuestro país, que abarcan desde tradicionales editoriales, algunas de ellas asociadas a grupos multinacionales, hasta pequeños y medianos emprendimientos.
Judith Wilhelm

Judith Wilhelm
Librera, editora.
El crecimiento del libro infantil.
La Argentina ocupa hoy un lugar destacado dentro del panorama de la LIJ a nivel mundial, un reconocimiento rubricado por la cosecha de premios internacionales. En 2012 la cordobesa María Teresa Andruetto recibió el Hans Christian Andersen, reconocimiento mayor al que puede aspirar un autor de libros infantiles. Un año después, la escritora e ilustradora Isol recibió el muy prestigioso premio Astrid Lindgren .
Pero esto no es un hecho sui generis: nuestro país fue pionero en la producción de libros para chicos, en el avance en los derechos autorales, y en la aplicación de políticas estatales para su difusión. La importancia de nuestra literatura infantil y juvenil no debe medirse sólo por las cifras de mercado y los premios, sino también por el profundo arraigo que ha logrado establecer con su público natural. Y de este modo,muchas obrasya se han convertido en clásicos, con una cantidad de reediciones que difícilmente se produzcan en la literatura grande, por llamarla de alguna manera.
En materia de libros infantiles hay definitivamente una literatura nacional que ha sabido expresar la inmensa riqueza cultural de nuestro país.
Istvan Schritter firma sus libros como Istvansch

Istvansch
Ilustrador, escritor, editor.Istvansch habla de la riqueza de la literatura infantil nacional.

La importancia de una literatura nacional.
Sin embargo poco de esto resuena en los medios de comunicación y en el ámbito universitario. Es como si la literatura infantil estuviera condenada a un lugar marginal, y sus autores considerados cultores de una literatura menor.

El escaso lugar de la LIJ en los medios.
Laura Devetach

Laura Devetach
Escritora, docente.El lugar de la LIJ en la academia.
Desde sus experiencias, la misma Canela y Pablo Medina van un paso más allá en este diagnóstico.

El rol del niño.

El derecho de los niños a la literatura.
Para entender cómo la LIJ argentina ha llegado hasta aquí, proponemos un recorrido histórico en el que nuestros entrevistados irán aportando datos y su experencia protagónica en el oficio y el momento histórico en el cual les tocó intervenir. La literatura infantil tiene una historia bien cálida e interesante, que aquí les contaremos cual cuento arrullador.