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Unos 10.000 opositores más tomaron las calles en la norteña y costera Alejandría, la segunda ciudad del país, y cantaron eslóganes contra Mursi y contra la Hermandad Musulmana, el poderoso movimiento islamista del cual procede el presidente.

En la céntrica plaza Tahrir de El Cairo se concentraron esta tarde miles de personas, para hacer público su rechazo bajo el lema "Última advertencia".

Los manifestantes tomaron luego el camino hacia el Palacio Presidencial, que estaba ampliamente acordonado por fuerzas policiales, informó la agencia de noticias DPA.

La Policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes en las inmediaciones de la sede presidencial.

La represión comenzó cuando un grupo de personas se desprendió de la multitud y tiró una valla ubicada a varios cientos de metros del edificio.

La policía lanzó gases y después se replegó, en tanto no hubo informes de víctimas, informó la cadena de noticias BBC.

Sumándose a las protestas, al menos 11 diarios decidieron no publicarse hoy, y los periodistas se unieron a miles de manifestantes que se echaron a las calles.

La Hermandad Musulmana advirtió de brotes de violencia.



Varios partidos liberales y de izquierda convocaron a sus seguidores a sumarse a la masiva protesta, que llega ocho días después de que los mismos grupos reunieran a unas 200.000 personas en la plaza Tahrir para manifestarse contra Mursi.

Tenían previsto confluir en diversas filas sobre el barrio residencial de Heliópolis, donde se encuentra la sede presidencial en el Palacio Ittihadiya. Hasta esta tarde la manifestación transcurría pacíficamente.

La web en inglés del diario independiente Al Masry al Youm estuvo completamente negro en forma periódica, en protesta contra las muestras de autoritarismo del presidente.

El partido de los Hermandad Musulmana, Libertad y Justicia, llamó a los manifestantes a mantenerse en calma.
Los líderes de la oposición como el Premio Nobel de la Paz Mohammed Baradei y el político Hamdien Sabahi son personalmente responsables, subrayaron los islamistas.

El diario Al Sharq Al Awsat reportó entretanto, citando al entorno de Mursi, que el presidente encabezó una serie de deliberaciones con políticos egipcios sobre la actual crisis, aunque no hubo destacados activistas opositores.

"El presidente abrió la puerta para un diálogo, pero hasta ahora nadie respondió", se indicó.

El portavoz de Mursi, Yasser Ali, informó a través de su página de Facebook que junto con varios miembros del gabinete se estuvieron realizando preparativos para el referendo constitucional.

Está previsto que el 15 de diciembre se vote sobre la nueva Constitución. La Asamblea Constituyente -compuesta en su gran mayoría por islamistas- aprobó el borrador de Constitución y Mursi convocó el referéndum.

La nueva Constitución


El proyecto constitucional es muy criticado por liberales y cristianos, que temen que en Egipto se imponga una estricta interpretación de la ley islámica, la sharia.

De hecho, estos grupos abandonaron la Asamblea Constituyente al considerar que no se estaban tomando en cuenta sus propuestas.

La más reciente crisis fue desatada previamente por un polémico decreto constitucional de Mursi, que amplió fuertemente sus poderes a costa del Poder Judicial, ante el cual no puede recurrirse ninguna de las decisiones del mandatario.
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