El jueves 19 de enero el FBI realizó un impactante operativo en Nueva Zelanda para el cierre del Megaupload, uno de los sitios de alojamiento y descarga de contenidos más famosos del mundo. En la redada cayó su fundador, Kim "Dotcom? Schmitz, y con él 150 TB (terabytes) de información requisada por el presunto delito de violar Derechos de Autor. A seis meses de la sorpresiva maniobra internacional la Oficina de Investigaciones de Estados Unidos se niega a los requerimientos de la justicia neozelandesa para devolver el material incautado. Dotcom está libre pero sus clientes perdieron el acceso a todos los contenidos alojados.

El procedimiento conocido como la "Megaconspiración? fue ejecutado por pedido del  Departamento de Justicia estadounidense, que rápidamente pidió la extradición de Dotcom, al entender que había cometido crímenes asociados al lavado de dinero.

En vez de dar lugar al pedido, el juez del distrito North Shore Nevin Dawson resolvió la libertad bajo fianza del presunto "pirata? el 22 de febrero.

Los argumentos esgrimidos por esa oficina fueron que Dotcom había generado 175 millones de dólares mediante diversas actividades delictivas y causado una pérdida de 500 millones por daños a las industrias fonográficas y audiovisuales.

No obstante, los servicios de Megaupload, Megaporn y Megavideo fueron bloqueados inmediatamente, y con ello los archivos alojados en los llamados cyberlockers, como videos familiares, fotos, y otro tipo archivos entre los que se destacan bases de datos empresarias.

La firma indicó por entonces que se había afectado a un total de 180 millones de usuarios registrados, en tanto que el Departamento de Justicia estadounidense aseguraba una cifra real de 66,6 millones, con 34 millones de visionados, sobre un total de 16.950 ficheros.

Megaupload tenía tres tipos de usuarios: gratuitos, con capacidad de descarga limitada;  registrados, con algunas ventajas comparativas a los anteriores; Premium, capaces de realizar descargas simultáneas a cambio de un pago por suscripción, que también les permitía subir archivos.

En el caso particular del actual reclamo, el pedido sólo se restringe a información distribuida en los 130 discos rígidos que el FBI se llevó sin permiso de la mansión del imputado aquel 19 de enero. Por tal motivo, el magistrado neozelandés Helen Winkelmann pidió la devolución de los mismos y una copia previa, frente a las dilaciones planteadas por la agencia de seguridad.

Por su parte, la defensa de Dotcom argumenta que esa información fue obtenida con poca claridad y que por estar en manos de terceros no resulta válida como elemento probatorio.

Así las cosas, los 10 millones de correos electrónicos que estarían siendo revisados por el FBI no revisten del debido proceso como elemento probatorio por la comisión de delitos.

La última respuesta que hoy dio a conocer la central policial fue que tardarán al menos dos meses y medio en realizar la copia de los datos -cifrados- en cuestión.

Excéntrico como pocos, durante su cautiverio Dotcom había logrado superar a 150 mil rivales de las lista mundial multijugador de Call of Duty: Modern Warfare 3. En su autofilmación desde la prisión subida a YouTube se lo veía muy feliz.

A la fecha ninguna autoridad aceptó hacerse cargo de los daños causados a los usuarios de Megaupload, en tanto los principales perdedores fueron las empresas que usaban ese repositorio para vender servicios, algunos legales y otros en un limbo jurídico como las experiencias locales Taringa! y Cuevana.

Por vicios del FBI, el dueño de Megaupload parece encontrar su escape a la victoria. Esta vez no será desde un videogame.