[caption id="attachment_2913" align="alignleft" width="300" caption="Obama recibiendo el Premio Nobel de la Paz en 2009"][/caption]

Poco después de asumir la presidencia de los Estados Unidos Barack Obama ordenó en secreto incrementar una serie de ataques cibernéticos contra los sistemas que controlan el enriquecimiento de uranio de Irán. La decisión del jefe de la Casa Blanca dio continuidad a las acciones iniciadas por su antecesor George W. Bush -bajo el nombre de "Juegos Olímpicos?- y abrió la puerta a una expansión sostenida del uso de ciber-armas, según denunció un artículo publicado hoy en The New York Times.

Obama decidió acelerar el ataque incluso después de que por accidente en 2010 parte del programa tomara notoriedad pública, según consigna el matutino estadounidense. En aquel momento, un error de programación hizo que el virus "escapara? de la planta iraní de Natanz y se colara en Internet. Los expertos en seguridad que en aquel momento comenzaron a estudiar el virus -desarrollado conjuntamente entre EEUU e Israel- lo denominaron Stuxnet.

El autor del artículo, David Sanger, relata que cuando la existencia de Stuxnet tomó estado público el programa estuvo a punto de fracasar. "¿Debemos parar esto??, fue la pregunta que realizó Obama a sus asesores, en una reunión celebrada en la Casa Blanca en la que participaron el vicepresidente, Joseph Biden, y el director de la CIA, Leon Panetta.

Pero después de que le informaran que no estaba claro cuánto sabían los iraníes sobre el código y de que le aseguraran que el virus seguía haciendo daño, Obama decidió que los ciberataques continuaran. Por aquel entonces, Stuxnet había logrado noquear 1000 de las 5000 centrifugadoras que el país persa utiliza para enriquecer uranio. Funcionarios de Washington, citados en anonimato por el diario, estimaron que el virus habría logrado detener el enriquecimiento iraní entre 18 meses y dos años.

En un primer momento, Irán negó que el proceso de enriquecimiento sufriera una desaceleración debido a Stuxnet y luego informó que el virus había sido contenido. En tanto, el año pasado el gobierno persa anunció el lanzamiento de sus propias ciber-unidades militares.

El impulso al programa "Juegos Olímpicos? data de 2006, cuando el entonces presidente Geroge Bush avizoraba que la negociación con Irán no sería sencilla. Por aquel entonces, los aliados europeos de EEUU estaban divididos respecto del costo que las sanciones comerciales impuestas a Irán tendrían en sus propias economías. A poco de haber acusado falsamente a Saddam Hussein de perseguir la construcción de armas de destrucción masiva, Bush carecía de credibilidad para discutir públicamente sobre las ambiciones nucleares de otro país.

Como si previera la publicación del artículo del New York Times, el viceprimer ministro de Israel, Moshé Yaalón, desató las posibles implicaciones de su país en la nueva ciberguerra. "Cualquiera que se toma en serio la amenaza por parte de Irán adoptaría con gran probabilidad distintas medidas incluidas aquellas para hacerles daño?, sostuvo, según informó la agencia rusa RiaNovosti.

Yaalón no confirmó ni negó explícitamente la responsabilidad de Israel en el ciberataque. "Israel tiene la suerte de ser una nación que posee tecnologías avanzadas. Estos avances nos brindan las más amplias posibilidades?, señaló.