De visita por Nueva York, el cineasta español Alex de la Iglesia volvió a criticar -esta vez de forma tácita- a quienes impulsan medidas para combatir la "piratería? en la web. Esto ocurrió en el Festival de Cine de Tribeca, donde aventuró que las vías de financiación y distribución del cine serán lideradas por Internet.

"Deberíamos tener la misma urgencia en presentar las películas en Internet que la que tenemos en proyectarlas en festivales como el de Tribeca, porque ese mercado va a llegar, va a ser una realidad y tenemos la oportunidad de ser nosotros, los cineastas que no somos Hollywood, los primeros en abrirlo?, advirtió en declaraciones reproducidas por la agencia EFE.

Historietista, filósofo, productor y cineasta, De la Iglesia saltó a la fama como una suerte de niño terrible ?elogiado por Pedro Almodovar? que transgredió la moral, las buenas costumbres y hasta su propio apellido al filmar El día de la bestia (1995), una sátira satánica protagonizada por Santiago Segura (Torrente).

Pero lo más trascendente por estos días no es su obra creativa sino su claro posicionamiento -luego de algunos intentos fallidos de consenso-  contra la ley de Economía Sostenible española, conocida como "Ley Sinde-Wart?, que en su disposición final persigue las descargas por la web y redobla los castigos a los usuarios domésticos.

Aquello precipitó su renuncia, en 2011, a la presidencia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Desde entonces emprendió una cruzada contra la entonces ministra de Cultura, María de los Ángeles Sinde.

En  su presentación en el Instituto Cervantes de Nueva York, De la Iglesia invitó a los directores a participar en los festivales para abrir nuevos mercados.

"España es uno de los países de Europa que genera más atención fuera de sus fronteras. Lo que tenemos que hacer es estar en más festivales para abrir nuevos mercados y con la misma urgencia presentar nuestras películas en internet", aseguró justo cuando la RIIA (Asociación Americana de la industria Fonográfica) junto con otras corporaciones que explotan las industrias culturales, promueven vigilar a los usuarios de Internet para imponer severos castigos, por considerarlos actos criminales.

El Festival de Tribeca, creado por el actor Robert de Niro constituye un espacio alternativo a Hollywood y que busca promover el llamado cine independiente norteamericano, caracterizado por películas de autor que se permiten, entre otras licencias, el corte del eje tradicional en el montaje y tratar particularimos propios a una cultura e identidad cultural poco rentable para quienes persiguen los Oscar.

Todo esto ocurre mientras el Congreso de los Estados Unidos avanza con el proyecto CISPA, su cuarto intento por crear una policía cibernética, iniciativa que hasta el cierre de esta edición se mantenía aún la agenda legislativa.

Con movimientos tan grotescos como el accionar del inspector Torrente, la industria norteamericana va también por su cuarta parte de la saga. Sin embargo, no se comporta como Torrente, el brazo tonto de la ley. En especial porque detrás de la ley "Sinde-Wart?, por la cual Alex de la Iglesia decidió romper con el orden establecido, tuvo como antecedente 35 telegramas, revelados por Wikileaks, con origen en la Casa Blanca y destino la embajada de Estados Unidos en España.

Como buen filósofo, De la Iglesia propone una síntesis entre lo particular y lo universal. En esa línea de films que cruzan situaciones locales con temáticas globales es donde apunta profundizar el realizador. No resulta casual que los problemas respecto a la Propiedad Intelectual transiten por ese mismo recorrido.