El desarrollo de las tecnologías digitales, la expansión de Internet y el crecimiento de las redes de telefonía móvil ha favorecido cambios radicales en las formas de gobierno a nivel global. En la actualidad, la pretensión de construir gobiernos más democráticos, republicanos, una ciudadanía digital fuerte y, en suma, toda una nueva relación entre los ciudadanos y sus gobernantes todavía sigue en pie y se presenta con renovadas esperanzas.

La idea de los gobiernos (electrónicos) abiertos a los ciudadanos ha surgido recientemente como una vía, una alternativa, como un camino posible que conduzca a la construcción de mejores formas de gobierno en la era digital. Estas formas de gobierno buscan ser más transparentes, participativas y colaborativas en la administración de la cosa pública. Se contraponen al secretismo, la clausura y, sobre todo, a las brechas que separan a los ciudadanos y de sus gobernantes.

Los gobiernos abiertos comienzan a caracterizarse por buscar mayores niveles de: [a] transparencia en las formas de gestionar el patrimonio público; [b] participación activa de los ciudadanos (en forma directa o a través de las organizaciones de la sociedad civil) en las propuestas, elaboraciones y deliberaciones de leyes y políticas; [c] colaboración entre gobiernos, ciudadanos, partidos políticos, sindicados, comunidades, organizaciones de la sociedad civil y empresas.

Aquello que es "abierto? en las formas de gobierno está íntimamente relacionado con la arquitectura política y la cultura de Internet. Los gobiernos abiertos son tributarios de los movimientos por la apertura de las redes electrónicas, la libertad de la información, el software libre (fuentes abiertas) y la liberación de la cultura. Por tanto, los gobiernos abiertos también implican una gestión estratégica del valor intelectual (gestión de bienes y obras intelectuales, datos e informaciones públicas).

El primero de los gobiernos (autodenominado) "abierto? a nivel mundial se inició a principios de 2009 en Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.). Barack Obama comprendió que la información del Gobierno Federal de los EE.UU. era parte de un "activo? o "patrimonio nacional? muy importante para los ciudadanos. En poco más de un año los datos, informaciones públicas y otras obras intelectuales del Estado Federal pasaron a estar públicas y disponibles a través de Internet.

Países como el Reino Unido, Canadá, Australia, Holanda, Israel, Francia, Corea del Sur, Japón, España, Brasil, Uruguay o Argentina rápidamente se sumaron a esta tendencia. El portal de gobierno abierto IREKIA, País Vasco, España, fue uno de los primeros casos destacables a nivel mundial. En América Latina se puede mencionar el caso del Estado de San Pablo, Brasil. En Argentina puede citarse la incipiente experiencia del Municipio de Berisso, Pcia. de Buenos Aires.

¿Es necesario que Argentina y otros países de América Latina desarrollen sus propias soluciones de gobierno abierto y que éstas respondan a sus identidades, formas productivas, industrias, intereses nacionales y, en suma, que sean parte de una estrategia basada en la soberanía nacional y la integración regional? ¿Los gobiernos abiertos en Argentina y América Latina deben construirse sobre las bases de la soberanía tecnológica?

Las respuestas son, claramente, afirmativas. Las tecnologías no son neutras. Tienen una historia, un presente y un futuro. Traducen, codifican y solidifican estados de relaciones. Las tecnologías con las que se construyan los gobiernos abiertos codificarán tensiones, negociaciones, luchas e intereses de diferentes grupos sociales. En este sentido, los gobiernos abiertos no se producen por generación espontánea ni pueden transferirse desde otras realidades socio-históricamente situadas.

Los gobiernos abiertos son una construcción situada y cotidiana, son un emergente de producción colaborativa. Se construyen diariamente a partir del aporte de cada uno de los ciudadanos. Es decir, existen gobiernos que son abiertos gracias a que también existe una activa participacion y colaboaración por parte de los ciudadanos. ¿Existen las ciudadanías abiertas? Gobiernos y ciudadanías abiertas son caras de la misma moneda, se co-construyen.

Los gobiernos abiertos en la República Argentina requieren de una gestión estratégica de los bienes intelectuales. Uno de los puntos centrales es reconsiderar / profundizar "lo público? para poder legislar con perspectiva de futuro. A su vez, es importante desarrollar soluciones tecnológicas (software, hardware, regulaciones) que sean libres, abiertas, públicas y comunitarias. Los gobiernos abiertos deben construirse sobre las bases de la soberanía tecnológica.

* El Dr. Ariel Vercelli es Presidente de BIENES COMUNES A. C. e Investigador del CONICET / IEC-UNQ